Democracia: Establo de Augías y
elecciones 2015 en México
Eduardo
Garibay Mares
Junio 4
de 2015
“Engendro de elites griegas, en ámbito mundial la
democracia ha devenido a ser
credo de corrupción, así como sinónimo de promesa
incumplida, pillaje,
capitalización política de la pobreza, falsedad, desvergüenza,
inmundicia”.
Eglisic
Severo Garrios
Por
corrupta, la democracia es Establo de
Augías que ni Hércules podría limpiar, puesto que la inmundicia del sistema
democrático es acrecentada por sus usufructuarios: grupos de poder político,
económico y social, así como cada vez más gobernantes, partidos y candidatos cargos
de elección, obnubilados por su afán de arribar y/o mantenerse en el poder, a
costa de lo que sea.
Así
las cosas, es por devenir de la democracia el daño inflingido a México, por
parte de muchos de los integrantes del Estado y de los partidos políticos, a la
vez depredadores del país, que en nuestra República deben aplicarse formas
democráticas cada vez más directas, a fin controlar y contrarrestar intereses
de grupos de poder y partidos políticos, en tanto se logra un nuevo orden
sustentado en la razón, la capacitad, los valores humanos universales, y el
cumplimiento de la ley, entre otras cosas, para que entonces el pueblo se
encargue del Estado mexicano y del bienestar común.
Fuerza hercúlea mitológica
Hijo
del dios Zeus y de Alcmena, Hércules, Heracles para los griegos, nació en Tebas
y representa la fuerza física, misma por la cual llegó a abusar y cometer
crímenes, igual que otros poderosos, siendo por ello que tras acudir al rey
Tespio para que lo purificase, luego fue al Oráculo de Delfos donde, para
expiación de sus culpas, la sacerdotisa le mandó obedecer en todo a Euristeo,
rey de Mecenas, quien influido por la diosa Hera, celosa esposa de Zeus, le
impuso doce terribles y pesadas empresas, conocidas como Los Doce Trabajos de
Hércules, que fueron: primero, traer la piel del león de Nemea; segundo, destruir
a la Hidra de
Lerna; tercero, capturar a la cierva de Cerinia; cuarto, atrapar al jabalí de
Erimanto; quinto, limpiar el establo de Augías; sexto, expulsar las aves de
Estínfalo; séptimo, capturar al toro de Creta; octavo, traer las yeguas de Diómedes;
noveno, apoderarse del cinturón de
Hipólita; décimo, traer las reses de Gerión; undécimo, cortar las
manzanas del jardín de las Hespérides; y duodécimo, capturar al
can Cerbero.
Mitos de ayer y democracia de siempre
Realizadas
las primeras hazañas, para cumplir la orden del rey Euristeo de limpiar en solo
un día el establo de Augías, rey de Elide, que llevaba décadas sin ser limpiado,
Hércules logró ser autorizado para eliminar de un día para otro aquella inmundicia,
por parte de Augías, quien poseía tantísimo ganado porque los dioses habían
hecho a sus animales inmunes a toda enfermedad e increíblemente fértiles. Sin
embargo, aunque era malo que del sucio establo se esparciese el hedor a todo el
Peloponeso, por estar la
comarca llena de estiércol, lo peor era que dicha capa de bosta
sobre los valles era tan gruesa que la tierra ya no podía ser labrada. Previo
desalojo de animales y personas, caudales de agua desviados por Hércules de los
ríos Alfeo y Peneo, mediante represas y canales, atravesaron establo y territorio
aledaño, consiguiendo que la impetuosa corriente arrasase a su paso el
estiércol acumulado, quedando todo impecable, luego de lo cual hizo volver las
aguas a su cauce.
De
ahí que usado por extensión para referir lo inmundo por dolo y negligencia, la similitud
entre el “Establo de Augías” y la democracia es obvia, pues ésta empata
analógicamente con dicho establo, ensuciado y no limpiado, tal como la
democracia mexicana antes, durante y después del proceso electoral, puesto que
ha solapado no sólo acciones al margen de la ley, sino el ínfimo nivel de la
contienda partidista, al tolerar que con la suciedad de la guerra por el poder
se ofenda al pueblo, e igual se denigre a México, cuya ciudadanía sí cumplió a
cabalidad, mayoritariamente, mediante respectiva participación en los comicios,
incluida la votación del 2 de julio de 2006.
Una
democracia también análoga a la “Caja de Pandora”, llena de guerra, muerte,
enfermedad, y demás cuestiones nefastas con que igual amenaza a México la actual
confrontación electorera, que prevalece crecientemente tendiente a la violencia,
y deja ver que de la democracia aceptada por el país es de donde parten los
mayores males nacionales, cual Pandora aceptada por Epimeteo, al serle ella ofrecida
como esposa tras ser dotada de belleza, gracia, habilidad manual, persuasión y
astucia, sin saber que Zeus la había enviado a la tierra con una caja donde, para
castigo de los hombres, previamente cada dios había introducido un nefasto
obsequio, siendo por ello que tiempo después Pandora abrió su caja y dejó salir
en torbellino los males que desde entonces asolan a la humanidad.
Democracia
mexicana cuyos apologéticos cánticos y visiones escenográficas son letales, en
cuanto llevan a cambiar el rumbo de la libertad y la paz, por el aniquilamiento
de la República en arrecifes democráticos, cual “Canto de las Sirenas” referido
en La Odisea de Homero: un cantar y visión de sirenas que atraía a marineros griegos
para que se acercasen a ellas y sucumbiesen al encallar y zozobrar su embarcación,
similar a la democracia en México, cuando en su canto de ilusión es coreada por
el mercantilismo que, a través de basura televisiva, radiofónica, impresa y
digital, no sólo crea Mesías, sino que pondera meras promesas como si fuesen
torales proyectos de nación, atrayendo así a ciudadanos y al país a sus escollos.
Corolario
Es
impostergable y necesario limpiar a la democracia y a sus ufanas elites
adictas, cual proeza de Hércules, encauzando torrente del Río del Bienestar Común y del Río
de la Equidad ,
a fin de arrasar y eliminar el estiércol democráticamente excretado y apisonado
durante milenios por las elites, desde que en Grecia surgió hace más de dos mil
500 años la democracia, cuyos gérmenes de trampa y engaño al pueblo ratifican quienes
hoy administran para su beneficio a la democracia mexicana, mismos que al no
tener empacho en concernientemente exhibirla como andamiaje siniestro y cloaca,
ante la opinión pública nacional y mundial, comparten la culpa de que la
democracia autóctona pase a la historia cual establo colmado de bosta, al igual
que perniciosa como “Caja de Pandora” y embaucadora y enloquecedora como “Canto
de Sirenas”.
Esto
es, que en tanto se arriba un nuevo orden nacional, con objeto de dar al pueblo
el control del Estado y del bienestar común, con ese mismo fin debe lograrse
que la democracia mexicana, además de limpia y cumplida en la ley, sea cada vez
menos representativa, por la aplicación de nuevas formas ciudadanas de
participación política, inherentes a una democracia cada vez más directa.
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