Electorero y democrático daño a la
niñez y juventud mexicana y elecciones
2015 en México
Eduardo
Garibay Mares
Mayo 29
de 2015
Que todo aquel que
se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo
defienda contra el fuerte y el arbitrario, proclamó en 1813 el Generalísimo
José María Morelos y Pavón, a favor de un estado de derecho propiciador de la
justicia social y del bien común para honra y prez de la nación.
Ataques partidistas,
intrapartidistas y electoreros que infaman a México
Hoy
en día, agravado el contexto en la República Mexicana ante un estado de derecho
en vilo, de nuevo en medio de campañas electorales que ahora culminarán el 7 de
junio de 2015, igual es contundente la vigencia de señalar que es
responsabilidad de todos rescatar a la niñez y a la juventud de Michoacán y del
país de la cultura en que desde hace décadas se forma a las nuevas
generaciones, en medio de ataques partidistas y electoreros que incurren en
delito grave que conlleva a infamar a México, al hacer prevalecer la opinión de
que precandidatos, candidatos, personas electas en comicios y, por lo tanto,
los integrantes todos del Estado mexicano, son corruptos, corruptores, y, en el
mejor de los casos, corruptibles, dado que igual serán corruptos y corruptores
en cuanto les lleguen al precio.
Daños a la niñez y juventud
mexicanas
Porque
eso es lo que día a día la niñez y la juventud escuchan y ven en respectivos
medios de comunicación impresos, televisivos, radiofónicos, y de internet, de
propia voz de la mayoría de tales actores políticos y gobernantes insertos en
los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, igual de la Federación y de
entidades de la República, que de gobiernos municipales.
Lo
peor es que esas noticias llegan a ser igual cotidianamente comentadas no sólo
en los hogares por la madre, el padre, y visitantes, familiares o amigos, sino
en las aulas por parte de docentes, quienes sin más dan la información por
hecho y verdad, para argüir que el partido político, candidato o gobernante de
su simpatía es menos corrupto que los demás, aduciendo que, al fin y al cabo,
ladrones, mentirosos, irresponsables, incumplidos y/o fraudulentos no sólo nos
han gobernado y nos gobiernan, sino que así son quienes tienen en sus manos
poder y autoridad.
Es
por eso que al formarse desde hace décadas en la cultura de que “el que no
transa no avanza”, inmersa en ella la niñez y la juventud mexicana crecen, se
desarrollan y actúan en consecuencia, vulneradas por ese daño que les es
causado a diario: en su casa, tanto a través de noticias, entrevistas,
programas especiales, reportajes, documentales, y propaganda de medios de
comunicación, como de opiniones de sus progenitores y visitantes; en su escuela,
por comentarios de docentes; y en la calle, por manifestantes y propaganda
expuesta, lo cual es causa de que con esa misma vara la niñez y la juventud
mexicana midan a los adultos, empezando por su madre, su padre, sus profesores,
la gente mayor, los gobernantes, la autoridad toda, en los que ya no creen, de
los que desconfían, de los que nada bueno esperan, porque todo es más de lo
mismo.
De
ahí que la desintegración familiar sea creciente y que el abstencionismo
electoral en Michoacán alcance cifras en torno al 60 por ciento.
Ataques
partidistas y electoreros con los que criminalmente se daña todos los días a la
niñez y la juventud de México, en codiciosa lucha del poder por el poder.
Acciones criminales que sólo podrán erradicarse cuando el país se una y se
reconcilie, sin distingos ideológico-partidistas, sustentado en la memoria
cultural e histórica mexicana, patrimonio toral del ser y quehacer nacional, y
en los valores universales que atañen al individuo, a la familia, a la
sociedad, a la humanidad.
Exhorto por el bien común
Así las cosas, al
ponerse los partidos políticos unos a otros en la picota de la vergüenza
pública nacional e internacional, de frente a los comicios del próximo 7 de junio,
el exhorto en pro de la nación y el bien común se reitera ahora, a fin de
erradicar nocivas prácticas partidistas y electoreras, con las que flagrante e
impunemente, a rajatabla, se difunde masivamente la especie de que es usual en
integrantes del Estado mexicano ser corruptos, corruptores y corruptibles, en
cuanto les llegan al precio, por lo que también urge que prevalezca el derecho
elemental de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
De
ahí la razón del llamado para ser responsables y cumplir por la niñez y la
juventud, por el bien común, porque Michoacán y el país no merecen vivir en la
zozobra permanente.
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