Morelia, capital de Michoacán,
en su 474 aniversario
Eduardo
Garibay Mares
Mayo 18
de 2015
Asentada
en el centro de la loma del Valle de Guayangareo, el inicio de la Ciudad de
Michoacán ocurrió el 18 de mayo de 1541 con la toma de posesión del sitio por
parte de los comisionados Juan de Alvarado, encomendero de Tiripetío; Juan de
Villaseñor, encomendero de Puruándiro encargado de buscar una sede para una
villa de españoles y al que se le atribuye la propuesta de dicho lugar; y Luis
de León Romano, italiano recomendado por el imperio español y que en poco tiempo
fue corregidor de Michoacán.
En
el acto de toma de posesión estuvieron los hispanos Pedro de Fuentes, alcalde;
Juan Pantoja y Domingo de Medina, regidores; Alonso de Toledo, escribano de
Cabildo, quien levantó el acta; Nicolás de los Palacios Rubios, Pedro de
Munguía, Juan Botello y Martín Monge, testigos del evento; Juan de la Vega y Pedro Pérez,
interesados en el señalamiento de ejidos; y los aledaños caciques y nativos
principales Bartolomé, de Tarímbaro; Juan, de Cuparátaro; Francisco, de
Cheráparo e Irapeo; Juan, de Acareno; y Martín, de Citangareo, así como una
mayoritaria población nativa, siempre anónima.
La
loma o colina, amplia y convexa, se prolonga de este a oeste con suaves
declives hacia los cuatro puntos cardinales, y está situada en medio de un
valle regado por dos ríos: uno que viene del sureste, el Río Chico o Chiquito,
que corre al sur de la población uniéndose al lado poniente de la colina con el
Río Grande, vía fluvial proveniente del lado sureste que ciñe a la loma por la
parte norte y por el lado occidental, para luego seguir su curso al oriente
hasta verter sus aguas en el cercano Lago de Cuitzeo.
Por
lo que toca a comunidades originarias vecinas, se documenta que al sureste del
valle, en el paraje llamado del Rincón, hubo una población prehispánica, y que
igual al sur, en la Loma
de Santa María, hay vestigios de otros dos asentamientos: el primero, del año
100 al 700 dC, con influencia de la cultura Chupícuaro; y el segundo, con visos
de la cultura teotihuacana, del año 1450 hasta la llegada de los españoles en
el siglo XV, en los albores del cual este valle formó parte de una vía de
colonización de aliados de otro pueblo en la región, a los que por su
colaboración bélica contra el enemigo azteca se les dio la oportunidad de
elegir un sitio entre los límites de Tiripetío e Indaparapeo, por parte de los
matlalcingas, quienes habían recibido esas tierras de soberanos purépechas.
Gente amiga a la que por escoger un lugar en el centro del reino se les llamó
pirindas: los de en medio, que asentaron su poblado Charo-Matlalcingo a quince
kilómetros al nororiente de dicha colina, y quienes para finales de ese mismo
siglo se hallaban en Etúcuaro, Undameo, Jesús del Monte, Santa María, Charo e
Indaparapeo.
Morelia en honor y memoria de
Morelos
Congratulados
los nativos y vecinos de la capital michoacana porque en honor del digno hijo
de la ciudad, el Generalísimo José María Morelos y Pavón, insurgente benemérito
de la patria nacido en Valladolid el 30 de septiembre de 1765 y muerto en San
Cristóbal de Ecatepec el 22 de diciembre de 1815, fue por decreto del Congreso
del Estado de Michoacán acordado el 12 de septiembre de 1828, que el nombre de
Morelia, por Morelos, figuró oficialmente a partir del día 16 del mismo mes y
año, al suprimirse para siempre el de Valladolid, concedido a la ciudad por la
Corona española en 1576 y cumplido en 1578, que antes también había sido
llamada Nueva Ciudad de Michoacán, al ser fundada el 18 de mayo de 1541; y
Pueblo de Guayangareo, a partir del 11 de febrero de 1555, por Cédula Real del
27 de septiembre de1552.
Ciudad de la Cantera Rosa
Patrimonio Cultural de la Humanidad
Ubicada
a 19°42’ de latitud norte y 101°11’ de longitud oeste del Meridiano de
Greenwich, y a una altura de 1,941 metros sobre el nivel del mar, Morelia es
capital del estado de Michoacán de Ocampo y asimismo cabecera del municipio de
su mismo nombre, donde se ubica al noreste del territorio que tiene una
superficie de 1,335.94
kilómetros cuadrados: municipalidad que a su vez se
localiza en la parte centro-norte de la entidad.
Reconocida
en 1991 Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la UNESCO, por la cantidad y calidad
de los monumentos que la pueblan, casi todos ellos ubicados en el llamado
Centro Histórico, Morelia es también llamada Ciudad de las Canteras Rosas, al
darse coloquialmente el nombre de cantera a la piedra empleada para la
construcción de la mayoría de sus edificios desde su fundación, aunque cantera
sea en realidad todo sitio de donde se saca piedra para labrar, es decir, el
respectivo tipo de material pétreo o mineral, cual es el caso de la cantera de
roca ígnea extrusiva en que se asentó la Nueva Ciudad de
Michoacán: rocas color rosa o ignimbritas, compuestas por cuarzo, feldespato
potásico, micas, y cuyo contenido de sílice es alrededor del 70 por ciento,
constituyentes de los depósitos que abundan en la región y que son explotados
como bancos o canteras de piedra, cuyo color puede ser blanco, blanco cenizo,
crema, rosa pálido, rosa oscuro y violeta claro, así como una variedad color
crema o amarillo pálido con franjas rojizas o cafés.
Catedral, Arcos del Acueducto, y Fuente de las Tarascas,
de Morelia, capital de Michoacán. Diseño fotográfico/Eduardo Garibay Mares.
La capital michoacana y las pugnas de poder por el poder
Aunque
es objeto para otro estudio lo que atañe a intereses y contradicciones de
grupos de poder colonial en torno a la fundación de esta ciudad, de forma breve
puede decirse que además de ser elegida la loma del valle por encontrarse
distante de Pátzcuaro, entonces Ciudad de Michoacán, donde don Vasco de Quiroga
desarrollaba su proyecto en bien del territorio y la gente purépecha, el lugar
para la fundación de este asentamiento español fue escogido por el virrey don
Antonio de Mendoza, quien lo dispuso como punto estratégico de expediciones
para pacificar la provincia de Jalisco e igual para establecer poblados de
frontera y resguardo contra los nativos chichimecas, esto es, que el inicio de
la colonización de este valle atendió al proyecto de la Corona española,
respecto del cual los propios españoles tenían poca disponibilidad, ya que les
implicaba dejar sus propiedades agrícolas y ganaderas para vivir en la naciente
población, lo que conllevó al virrey a emitir un decreto con el que obligó a
los encomenderos a residir al menos dos terceras partes del año en esta ciudad,
por lo que el afán por poblarla se vio fortalecido al irse convirtiendo en un
espacio comercial.
Independiente
de pugnas del poder por el poder, Morelia honra a quienes la honran, ante el
mundo. Aunque hoy en día igual que éste es asolada por intereses económicos y
políticos de élites ajenas a la insurgencia de la razón, que crecientemente se
atacan ferozmente entre ellas y al interior de sí mismas, en tanto que en su
ambición de lucro y poder explotan gente y recursos naturales, en perjuicio,
hasta el ya vislumbrado aniquilamiento, del género humano y del planeta.
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