Pasión,
muerte y resurrección de Jesucristo
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Eduardo Garibay Mares
Abril 2 de 2015
“La estatura
moral de las personas crece o disminuye según las palabras que pronuncian y los
mensajes que eligen oír. En consecuencia, los agentes de la comunicación, los
padres y los educadores tienen especial necesidad de sabiduría y discernimiento
en el uso de los medios de comunicación social, pues sus decisiones influyen en
gran medida en los niños y en los jóvenes, de los que son responsables y que,
en definitiva, son el futuro de la sociedad”. Juan Pablo II
Evocar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, a lomos
de un borrico, igual es preludio de su pasión, muerte y resurrección, al recordar
el Domingo de Ramos, anterior al de Pascua, con procesiones y bendición de
hojas de palma y ramas de olivo la majestad del Hijo de Dios hecho Hombre,
venido al mundo para liberar a la humanidad de las cadenas de esclavitud del
mal, en cumplida promesa de una liberación que estuvo muy por encima de las
pretensiones de aquellos judíos, ávidos del mero triunfo terreno que los
liberase del yugo romano.
Semana
Santa
Transcurrida del Domingo de Ramos al Domingo de
Resurrección, las tres partes esenciales de la Semana Santa son:
una, el final de la Cuaresma ,
constituido por el Lunes, Martes y Miércoles Santos.
Pletórica
la Catedral de fervor religioso en la anual Visita de los 7 Templos, en
Morelia, Michoacán. FOTO: Eduardo Garibay Mares
Y tres, el Triduo Pascual, que comprende: primero, el Viernes Santo, con su Viacrucis de flagelación, juicio, caminata al calvario y crucifixión, donde su muerte cubrió al mundo de tinieblas, y cuando luego de que
Jesucristo,
en la Procesión del Silencio, en Morelia, Michoacán. FOTO: Eduardo Garibay
Mares
Virgen
de los Dolores, en la Procesión del Silencio, en Morelia, Michoacán. FOTO:
Eduardo Garibay Mares
Cristo
crucificado, muerto y resucitado
Precedida por los 40 días de Cuaresma, y preparada también
con el Jueves Santo, cuando al lavar los pies de sus discípulos Jesús mostró
con su humildad que no vino a ser servido, sino a servir, e instituyó el
sacramento de la Eucaristía ,
en la Última Cena con los apóstoles, la celebración del Triduo Pascual
comprende: primero, el viernes, de la
Pasión y Muerte de Jesús crucificado en el Gólgota; segundo,
el sábado, de Jesús sepultado, y de Vigilia Pascual en la noche del sábado al
domingo, y tercero, el Domingo de Resurrección, evento jubiloso de Pascua, en
una celebración prolongada a 50 días hasta Pentecostés, fiesta de la llegada
del Espíritu Santo.
Jesús
Nazareno. Iglesia Santa Clara de Asís, en Santa Clara del Cobre, Michoacán.
Sábado 4 de abril de 2015. FOTO: Eduardo Garibay Mares
Iglesia
Santa Clara de Asís, en Santa Clara del Cobre, Michoacán. Sábado 4 de abril de
2015. FOTO: Eduardo Garibay Mares
Como celebración más importante de todo el año litúrgico
cristiano, la Vigilia
Pascual es la noche en que se bendice el Fuego Nuevo y el
Cirio Pascual, símbolos de luz y purificación, se canta el Anuncio de Pascua,
se lee el Antiguo Testamento, sobre todo acerca de la primera pascua judía,
ocurrida con la salida de los hebreos esclavos de Egipto y su éxodo hacia la Tierra Prometida ,
habiendo de pasar el Mar Rojo, y se finaliza con el canto del Aleluya, la
proclamación el Evangelio de Resurrección, la bendición de fuentes bautismales,
el bautizo de personas, la renovación de promesas de bautismo, y la Eucaristía Pascual ,
a repetirse cada domingo, para revivir la Resurrección de
Cristo, que es el centro de la fe cristiana.
Jesús
Nazareno. Templo Santa Clara de Asís, en Santa Clara del Cobre, Michoacán.
Sábado 4 de abril de 2015. FOTO: Eduardo Garibay Mares
La
Virgen de los Dolores y Jesús. Templo Santa Clara de Asís, en Santa Clara del
Cobre, Michoacán. Sábado 4 de abril de 2015. FOTO: Eduardo Garibay Mares
Jesucristo.
Iglesia Purísima Concepción de María, en Santa Clara del Cobre, Michoacán.
Sábado 4 de abril de 2015. FOTO: Eduardo Garibay Mares
Pascua en
Tierra y Universo
Liturgia
y religiosidad popular
Las manifestaciones de religiosidad popular en la Semana Santa , también
denominada Mayor o Grande, tienen su expresión plástica en las procesiones y
admirables representaciones que muchos pueblos cargados de historia, fe y
religiosidad ofrecen en calles, plazas y otros lugares públicos. De ahí que en
ritos eclesiásticos, en costumbres y tradiciones religioso-seglares, y/o en
viajes y recorridos turísticos de creyentes o profanos, no se viva en plenitud la Semana Santa sin ser
partícipe o espectador de eventos en torno a la pasión, muerte y resurrección
del Nazareno.
Cardenal
Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia. Misa de Domingo de Resurrección. 6
de la tarde del 5 de abril de 2015. FOTO: Eduardo Garibay Mares
A la luz de los siglos, en ámbito nacional e internacional
ha sido tradicional la representación de la Pasión y Resurrección de Jesucristo, comenzando
por la procesión de los ramos el domingo y prosiguiendo con representación de
eventos documentados bíblicamente en torno al Lavatorio de Pies, a la Última
Cena, al Prendimiento, al Viacrucis, la Crucifixión , y la Resurrección ,
dramatizaciones que desde la antigüedad han calado hondo socio-culturalmente y
que asimismo se complementan con la
Visita a los Siete Templos, el Sermón de las Siete Palabras,
y el Viacrucis, entre otras actividades populares, a las que en la República Mexicana
la tradición y cultura popular aportó la quema de los Judas en la noche del
Sábado Santo, los cuales son figuras artesanales elaboradas con papel, carrizo
y cáñamo, que contienen en su interior un detonante de pólvora. Judas que se
cuelgan y hacen explotar al «abrirse la Gloria », prendiendo la mecha, y que se elaboran
con la forma de diablos o que representan a personajes vigentes negativamente
en la opinión pública.
Corolario
Para la
Iglesia Católica es en el Misterio Pascual que Dios Padre,
por medio de Dios Hijo, y el Espíritu Santo intercesor, se inclina sobre cada
hombre ofreciéndole la posibilidad de la redención del mal y la liberación por
el bien. Una Pascua que igual Jesús celebró todos los años durante su vida
terrena, según el ritual en vigor entre el pueblo judío, hasta el último año de
su vida, en cuya postrer y anticipada Pascua instituyó la Eucaristía , en su
Última Cena con los doce apóstoles, donde el hijo de Dios dio a la
conmemoración tradicional de la liberación del pueblo judío un sentido nuevo y
mucho más amplio, ya que no fue sólo a un pueblo ni a una sola nación, a quien
liberó, sino a la humanidad, a la posibilitó una vida óptima y superior, cuando
con su vida, obra y resurrección legó la vocación y misión cristiana de unir a
todos los hombres, que jamás deben perder la esperanza en la victoria del bien
sobre el mal.
Cardenal
Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia. Misa de Domingo de Resurrección. 6
de la tarde del 5 de abril de 2015. FOTO: Eduardo Garibay Mares
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