viernes, 8 de mayo de 2015

Agua de uso doméstico y teorías económicas fallidas. Eduardo Garibay Mares

Agua de uso doméstico y teorías económicas fallidas


Eduardo Garibay Mares
Miércoles 15 de abril de 2015

El servicio de agua para uso doméstico ha cambiado su objetivo de abastecer el preciado líquido para consumo en todos los hogares, razón de ser del organismo municipal obligado por ello a cumplir con eficacia y eficiencia el vital compromiso, el cual se trastoca al convertirse éste en una dependencia apropiada del usufructo tanto de la inversión que cada persona hace para contar con una toma de agua en su domicilio, como del cada vez más oneroso pago por el servicio, ingresos de los que se asignan dispendiosos sueldos los funcionarios administrativos de niveles superiores, muy por encima desde luego de los salarios que ahí devengan quienes trabajan en labores técnicas para funcionamiento y mantenimiento, o de oficina.
Una situación en torno a la cual tiene que ver la corresponsabilidad de los poderes fundamentales del Estado mexicano, persona jurídica, abstracta, que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce como sujeto de derecho, para el logro de objetivos de servicio público. Estado que para el alcance de los fines consagrados se vale de personas físicas que constituyen los órganos de la persona jurídica, como son: el Poder Legislativo, para decreto de leyes en el Parlamento; el Poder Judicial, para hacer cumplir la ley a través de la magistratura; y el Poder Ejecutivo, mediante organismos para la administración pública, a nivel federal y en cada uno de los 31 estados, con sus municipalidades, y en el Distrito Federal, con sus delegaciones.
Sin embargo, revertida la característica del Estado constitucional, sustentado en la ley que es primordial para la vida nacional, resulta obvio que al manifestarse en cada vez más gobernantes y autoridades de todos los niveles, la inclinación a regentar al arbitrio personal, tales individualismos absolutistas lastran al Estado mexicano e impiden la madurez democrática por la que a la luz de tres siglos ha luchado el pueblo de México.
Pueblo inversor de capital social debe ser copartícipe como accionista
Es el caso que para contar con una toma domiciliaria de agua potable, la persona financia un porcentaje de la tubería correspondiente no a los metros lineales del frente de su propiedad, como le ocurre al subvencionar la pavimentación de la calle, sino a la totalidad de metros cuadrados del terreno y construcción que posee, como a la par invierte en el costo de tubos de drenaje público, estructuras de las que el gobierno municipal se apropia y de las que hace usufructo, sin importar que cada propietario, al invertir en tal empresa, debe ser copartícipe, como accionista, de los beneficios del capital social.
Municipalidades de hoy, peor que la quijotesca ínsula de Barataria
Sí, un pueblo inversor copartícipe como accionista de la municipalidad, que continúa como un hecho a cumplirse, por el bien común, que ni el Quijote lo imaginó realizado en sus sueños más justicieros, ni Sancho Panza lo pensó al ser fugaz gobernador de la ínsula de Barataria, seguro porque en el tiempo de Miguel de Cervantes no se vivía en un Estado constitucionalista, donde en la municipalidad los encargados de la administración pública, asignándose salarios dilapidadores, hubiesen tomado como propia empresa mercantil el abasto de agua de uso doméstico, al aplicar un sistema similar al de accionistas, y copropietarios, para estructurar un negocio que sólo a ellos beneficia, insertos en la persona jurídica, al apropiarse del comercio con la abolición de derechos de la gente inversora del capital social, siempre excluida de los grandes negocios, sean gubernamentales o de la iniciativa privada.
Monopolizador Estado capitalista-socialista que no comparte con el pueblo inversor utilidades
Mal están las cosas y peor se vislumbran, cuando a conveniencia de respectivas autoridades de la administración pública, se ejecutan acciones que no atañen cabalmente a teoría alguna, cual ocurre con la economía capitalista, argüida por el Estado cuando admite la imposibilidad de desinteresarse totalmente de los asuntos económicos, y que por ello considera su deber intervenir en todos los casos en que se vea comprometida la libre competencia en los mercados e impedir, por ejemplo los monopolios, que sin embargo existen.
Mixtura y medianía de socialismo y capitalismo, causas de la parcial aplicación de la teoría económica socialista, cuando al abolirse la propiedad de la inversión de cada persona en la estructura del bien social, constituyente de las redes de abasto de agua potable, así como del drenaje y alcantarillado, en la dependencia municipal, capitalista en la práctica, no sólo no se reparten con el inversionista las utilidades obtenidas, sino que tal organismo cobra lo que le viene en gana, e igual incrementa el costo del servicio, sin tomar en cuenta el parecer de los socios inversores de capital, consumidores a la vez del vital líquido, puesto que está apropiado de todos estos factores productivos de ingresos: un arbitrario apoderamiento y usufructo del capital social, agravado por la impunidad con que se afecta mediante deficiencias del suministro. Flagrancia de arbitrariedad e incompetencia que implica la certeza de que los problemas de abasto de agua jamás se resolverán, en tanto la administración pública y sus funciones se alejen, cada vez más, del respectivo cumplimento a que el Estado constitucional está obligado.
Democracia ajena al beneficio de la población mayoritaria
Como cierto es que el sistema democrático está lejos de beneficiar al pueblo, igual es verdad que no se requiere ser economista para entender que la desarticulación de la desaparecida Unión Soviética se debió en gran medida al fracaso total de la aplicación del sistema de economía socialista o colectivista, y que hoy en día, principalmente a partir de los últimos meses del año 2014, las fallas del sistema de economía capitalista o individualista, tienen en vilo a los Estados Unidos y a los demás países.
Por eso, porque está mal y de malas la cuestión económica mundial, además de urgir una democrática revisión y correcta adaptación y aplicación de las teorías económicas, en México es vital encauzar al Estado constitucionalista en todos poderes y niveles de gobierno y administración pública, pues aunque la razón legal le asiste a la población mexicana, en la República prevalece la sinrazón del acomodo arbitrario de teorías económicas, siempre en detrimento de la población mayoritaria.
Población inversora, excluida en reparto de utilidades y abusada en cobros de servicio
Esto es, que no obstante ser inversora en la estructura para el domiciliario suministro de agua, al ser abolido su derecho como asociada por su aporte de capital, la población mexicana no sólo es víctima de cobros excesivos, por parte de autoridades municipales y con reconocimiento y aprobación de respectivos podres legislativos, sino que anualmente es abusivamente sometida a incrementos arbitrarios al costo del servicio, determinados unilateralmente por parte de entes de la administración pública, desligados de su obligación de servirla, que a la vez son causantes del deficiente abasto de agua en los hogares, así como de la falta de obras de drenaje y alcantarillado, indispensables tanto para la salubridad de su vida cotidiana, como para impedir que sus casas se inunden o sean arrasadas, año con año, por turbulentas corrientes de agua de lluvias torrenciales, que asimismo conllevan desbordadas aguas de desecho tanto habitacional, como industrial, aspecto en cuanto a desechos que por sus dañinas secuelas al medio ambiente nacional y mundial, merecen ser objeto de especializados estudios y propuestas.
La tarea a cumplir por parte del Estado mexicano es que la población inversora en el sistema para el servicio de agua de uso doméstico sea incluida en reparto de utilidades y deje de ser abusada en cobros excesivos por el servicio domiciliario.


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