Semana Santa de Eucaristía,
muerte y resurrección de Jesucristo
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La estatura moral de las personas
crece o disminuye según las palabras que pronuncian y los mensajes que eligen
oír. En consecuencia, los agentes de la comunicación, los padres y los educadores
tienen especial necesidad de sabiduría y discernimiento en el uso de los medios
de comunicación social, pues sus decisiones influyen en gran medida en los
niños y en los jóvenes, de los que son responsables y que, en definitiva, son
el futuro de la sociedad. Juan Pablo II
Eduardo
Garibay Mares
Marzo 29 de 2018
Universitario Ejemplo de Actuales y Futuras Generaciones en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo |
Evocar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, a
lomos de un borrico, igual es preludio de su pasión, muerte y resurrección, al
recordar el Domingo de Ramos, anterior al de Pascua, con procesiones y
bendición de hojas de palma y ramas de olivo la majestad del Hijo de Dios hecho
Hombre, venido al mundo para liberar a la humanidad de las cadenas de
esclavitud del mal, en cumplida promesa de una liberación que estuvo muy por
encima de las pretensiones de aquellos judíos, ávidos del mero triunfo terreno
que los liberase del yugo romano.
Semana
Santa
Transcurrida del Domingo de Ramos al Domingo de
Resurrección, las tres partes esenciales de la Semana Santa son:
Una, el final de la Cuaresma, constituido por el
Lunes, Martes y Miércoles Santos.
Dos, el Jueves Santo, en que Jesús lavó los pies a
sus discípulos en señal de humildad, e instituyó luego la Eucaristía, y en cuya
noche se dio la Oración del Huerto, donde la contemplación del dolor de Jesús
estremece y deja ver la profundidad de la Pasión a sufrir tras su Prendimiento.
Y tres, el Triduo Pascual, que comprende: primero,
el Viernes Santo, con su Viacrucis de flagelación, juicio, caminata al calvario
y crucifixión, donde su muerte cubrió al mundo de tinieblas, y cuando luego de
que la Virgen María, su madre dolorosa, recibió su cuerpo, fue sepultado por
José de Arimatea; segundo, el Sábado Santo, de su estancia entre los muertos, y
tercero, el Domingo de Pascua, de su resurrección, esto es, del pasar de la
humillación a la gloria y de las tinieblas a la luz, a fin de llevar a la
humanidad de la esclavitud al mal, física, mental y espiritualmente, a la
liberación del bien.
Cristo
crucificado, muerto y resucitado
Precedida por los 40 días de Cuaresma, y preparada
también con el Jueves Santo, cuando al lavar los pies de sus discípulos Jesús
mostró con su humildad que no vino a ser servido, sino a servir, e instituyó el
sacramento de la Eucaristía, en la Última Cena con los apóstoles, la
celebración del Triduo Pascual comprende: primero, el viernes, de la Pasión y
Muerte de Jesús crucificado en el Gólgota; segundo, el sábado, de Jesús
sepultado, y de Vigilia Pascual en la noche del sábado al domingo, y tercero,
el Domingo de Resurrección, evento jubiloso de Pascua, en una celebración
prolongada a 50 días hasta Pentecostés, fiesta de la llegada del Espíritu
Santo.
Como celebración más importante de todo el año
litúrgico cristiano, la Vigilia Pascual es la noche en que se bendice el Fuego
Nuevo y el Cirio Pascual, símbolos de luz y purificación, se canta el Anuncio
de Pascua, se lee el Antiguo Testamento, sobre todo acerca de la primera pascua
judía, ocurrida con la salida de los hebreos esclavos de Egipto y su éxodo
hacia la Tierra Prometida, habiendo de pasar el Mar Rojo, y se finaliza con el
canto del Aleluya, la proclamación el Evangelio de Resurrección, la bendición
de fuentes bautismales, el bautizo de personas, la renovación de promesas de
bautismo, y la Eucaristía Pascual, a repetirse cada domingo, para revivir la
Resurrección de Cristo, que es el centro de la fe cristiana.
Pascua en
Tierra y Universo
La Pascua de Resurrección conmemora la resurrección
de Cristo, y la fecha de su celebración varía entre el 22 de marzo y el 25 de
abril, ya que tiene lugar el domingo siguiente a la primera luna llena de
primavera, del hemisferio norte. Término religioso que en el castellano procede
del latín páscae, y éste a su vez del
griego paska, originados a partir del
hebreo pésaj, pascua significa “paso” dado que, efectuada dicha fiesta
desde la antigüedad por todo el pueblo de Israel, todavía es celebrada por los
judíos tal como lo hicieron los hebreos por orden de Moisés, la víspera de su
éxodo de Egipto, hace aproximadamente tres mil años, y donde uno de los
elementos esenciales también lo es el pan no fermentado.
Liturgia
y religiosidad popular
Las manifestaciones de religiosidad popular en la
Semana Santa, también denominada Mayor o Grande, tienen su expresión plástica
en las procesiones y admirables representaciones que muchos pueblos cargados de
historia, fe y religiosidad ofrecen en calles, plazas y otros lugares públicos.
De ahí que en ritos eclesiásticos, en costumbres y tradiciones
religioso-seglares, y/o en viajes y recorridos turísticos de creyentes o
profanos, no se viva en plenitud la Semana Santa sin ser partícipe o espectador
de eventos en torno a la pasión, muerte y resurrección del Nazareno.
A la luz de los siglos, en ámbito nacional e
internacional ha sido tradicional la representación de la Pasión y Resurrección
de Jesucristo, comenzando por la procesión de las palmas el Domingo de Ramos y
prosiguiendo con representación de eventos documentados bíblicamente en torno
al Lavatorio de Pies, a la Última Cena, al Prendimiento, al Viacrucis, la
Crucifixión, y la Resurrección, dramatizaciones que desde la antigüedad han
calado hondo socio-culturalmente y que asimismo se complementan con la Visita a
los Siete Templos, el Sermón de las Siete Palabras, y el Viacrucis, entre otras
actividades populares, a las que en la República Mexicana la tradición y
cultura popular aportó la quema de los Judas en la noche del Sábado Santo, los
cuales son figuras artesanales elaboradas con papel, carrizo y cáñamo, que
contienen en su interior un detonante de pólvora. Judas que se cuelgan y hacen
explotar al “abrirse la Gloria”, prendiendo la mecha, y que se elaboran con la
forma de diablos o que representan a personajes vigentes negativamente en la
opinión pública.
Corolario
Para la Iglesia Católica es en el Misterio Pascual
que Dios Padre, por medio de Dios Hijo, y el Espíritu Santo intercesor, se
inclina sobre cada hombre ofreciéndole la posibilidad de la redención del mal y
la liberación por el bien.
Una Pascua que igual Jesús celebró todos los años
durante su vida terrena, según el ritual en vigor entre el pueblo judío, hasta
el último año de su vida, en cuya postrer y anticipada Pascua instituyó la
Eucaristía, en su Última Cena con los doce apóstoles, donde el hijo de Dios dio
a la conmemoración tradicional de la liberación del pueblo judío un sentido
nuevo y mucho más amplio, ya que no fue sólo a un pueblo ni a una sola nación,
a quien liberó, sino a la humanidad, a la posibilitó una vida óptima y
superior, cuando con su vida, obra y resurrección legó la vocación y misión
cristiana de unir a todos los hombres, que jamás deben perder la esperanza en
la victoria del bien sobre el mal.
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Pasión, muerte y resurrección de Jesús
hijo de Dios, que liberó a la humanidad para posibilitarle una vida óptima y
superior mediante la victoria del bien sobre el mal
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