Sistema político, Plan de San Luis maderista y revolución mexicana por la tramposa democracia electorera
Eduardo Garibay Mares
Octubre 25 de 2016
Fugado a San Antonio, Texas, el coahuilense Francisco I.
Madero publicó el 25 de octubre de 1910 en esa ciudad norteamericana el Plan de San Luis Potosí, por él hecho y
suscrito el día 5 anterior en la capital del estado potosino, para convocar a
todos los mexicanos a tomar las armas contra la dictadura de Porfirio Díaz,
oaxaqueño reelecto por octava vez para el nuevo periodo presidencial,
1810-1814, que habría de iniciarse el siguiente 1 de diciembre.
Política
de la mano con la democracia tramposa y corruptible, en el mundo
Al respecto, viene al caso documentar que la descomposición
política acompaña a la corruptible y tramposa democracia, desde que en Grecia
fue instaurada por las élites atenienses para su beneficio, hacia el año 510 a. de C., y que fue también por eso que
Porfirio Díaz acusó al reelecto presidente Benito Juárez mediante el Plan de La Noria, en octubre de 1871, de
corrupto y fraudulento en elecciones presidenciales, e igual se sublevó contra
el presidente Sebastián Lerdo de Tejada con el Plan de Tuxtepec, en 1876, luego de lo cual Díaz logró hacerse del
poder presidencial, al que arribó sustentado en el lema “No reelección”.
Por eso este trabajo hecho a favor de la población del país
tiene por objeto la enmienda a fondo del Estado mexicano, para erradicar la
descomposición del régimen político que lo acompaña desde el siglo XIX, y que
hoy asuela al país con otra crisis de partidos políticos cómplices de acciones
al margen de la ley, que llevan a la ingobernabilidad, dado que no escarmientan
con la enseñanza histórica los poderosos, quienes desde respectivos cargos
públicos y/o partidistas de que se sirven, convulsionan al país por la
violencia desatada en torno a todo proceso electoral que en el actual contexto
se encauza al 2018.
Con ello dejan ver lo poco que les importa que los llamados a manifestaciones violentas
impliquen derramar sangre y sacrificar
vidas entre mexicanos, puesto que en su pugna por arrebatarse el poder, arrastran
a grandes grupos de población a confrontaciones, sólo útiles para el arribo de
respectivas élites a cargos de gobierno y siempre a costa de sectores
mayoritarios de población marginados, o de plano en pobreza extrema, a los que
mesiánicos líderes demagógico-democráticos, émulos de dirigentes oportunistas
del contexto caótico del México independiente, siempre aluden y esperanzan a la
marginada población mayoritaria con promesas de igualdad, equidad y mejores
niveles de bienestar social.
Plan de
San Luis de octubre 25 de 1910
En once puntos de su plan Madero propuso: 1º.- Declarar nula la elección de
presidente, magistrados, diputados y senadores; 2º.- Desconocer al gobierno en turno y a toda autoridad cuyo poder
debiese dimanar del voto popular, ya que éstas, además de no haber sido
electas, habían “perdido los pocos títulos que podían tener de legalidad,
cometiendo y apoyando, con los elementos que el pueblo puso a su disposición
para la defensa de sus intereses, el fraude electoral más escandaloso que
registra la historia de México”.
También, en tanto se hiciesen respectivas reformas y para
evitar trastornos inherentes al cauce revolucionario: 3º.- Reconocer vigentes leyes promulgadas por Díaz, excepto fallos
de tribunales, decretos de cuentas sancionadas, y manejos de fondos, en todos
los ramos; advirtiendo que al triunfo de la revolución se respetarían
compromisos con gobiernos y corporaciones extranjeras, contraídos antes del 20
de noviembre, se formarían comisiones para dictaminar “responsabilidades en que
hayan incurrido funcionarios de la federación, estados y municipios”, y se
revisarían abusos en torno a la ley de terrenos baldíos, hechos por acuerdos de
la Secretaría de Fomento y los tribunales, por despojos a pequeños
propietarios, en su mayoría indígenas, y a fin de restituirles sus terrenos y
exigir les pagasen indemnización por daños sufridos; y 4º.- Declarar Ley Suprema de la República el principio de No
Reelección, junto a la Constitución.
5º.- Asumirse él como presidente provisional, facultado
para hacer la guerra al gobierno usurpador de Díaz, agregando que tan pronto
como la capital de la República y más de la mitad de los estados estuviesen en
poder de las fuerzas del pueblo, se convocaría a elecciones generales
extraordinarias para un mes después, y se entregaría el poder al que resultase
electo presidente, al conocerse el resultado; 6º.- Dar cuenta el presidente provisional, al Congreso de la Unión,
del uso de facultades conferidas por este plan; 7º.- Tomar las armas el 20 de noviembre, para arrojar del poder a
las autoridades en turno; 8º.-
Obligar por la fuerza de las armas, a las autoridades opuestas a respetar la
voluntad popular, subrayando tanto la observancia rigurosa de las leyes de
guerra, como la prohibición de “no usar balas explosivas ni fusilar a los
prisioneros” y “el deber de todo mexicano de respetar a los extranjeros en sus
personas e intereses”.
9º.- Apresar a las autoridades opuestas, para juzgarlas
al término de la revolución, y reconocer como autoridad legítima al jefe de
armas, que podría delegar funciones en otro ciudadano, a quien confirmaría o
removería en su cargo el gobierno provisional, también facultado para liberar a
todo preso político; 10º.- Nombrar
el presidente, en cada estado ocupado, al gobernador provisional, que
convocaría a elecciones para gobernador constitucional pronto, y a juicio del
presidente, excepto en donde dos años antes se hubiese cambiado
“democráticamente” de gobierno, ya que ahí se consideraría gobernador
provisional al que, electo por el pueblo, se adhiriese a este plan; todo eso
salvo cuando: primero, el presidente no nombrase gobernador; y segundo, el
nombramiento no llegase a su destino o el “agraciado” no aceptase, casos en que
los jefes de armas de la entidad nombrarían al gobernador, al que ratificaría
el presidente; y 11º.- Disponer la
nueva autoridad de los fondos administrativos de oficinas públicas; y
contratar, para gastos de guerra, préstamos voluntarios o forzosos,
esto último, se advertía, sólo con ciudadanos o instituciones nacionales.
De
porfiriato y revolución al México de sí reelección.
Mych – 20/Nov/2015/Archivo www.prensalibremexicana.com
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“Democrático” y electorero
arrebato violento de cotos de poder, en el actual México de la sí reelección
Visto
está que el sistema político de
partidos está agotado en México desde el siglo XIX, denostado por pugnas de
partidos entre sí y al interior de los mismos, cual se muestra desde
antes del arribo de Porfirio Díaz a la titularidad del Poder Ejecutivo y hasta este 2016 que se vive, dado que tal
sistema es engendro de la corruptible democracia y ésta conlleva al oportunista
arrebato de cotos, entre los grupos en el poder, que es de donde irrumpen
facciones con capacidad para conspirar y efectuar movilizaciones sociales de
descontento, en contra del gobierno establecido, ya que son los grupos
privilegiados los que arman las revoluciones, nunca gente del pueblo, que es el
que paga, con sangre y vida, la inconmensurable ambición de los poderosos por
permanecer en mandos gubernamentales, o arribar a ellos, igual que ha ocurrido
y cual hoy se vive, para perjuicio de generaciones actuales y futuras.
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El Grito de Independencia del 16 de
septiembre aún se celebra el día 15, cumpleaños de Porfirio Díaz
Grito de
Dolores del 15 de septiembre al margen de mandatos patrios y hechos
históricos
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Eduardo Garibay
Mares, Nicolaita Emérito, reconocido en la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo, UMSNH, como Universitario
Ejemplo de Actuales y Futuras Generaciones desde el 29 de septiembre de
1976, por su profesional trabajo altruista exitosamente realizado a partir de
septiembre de 1972, por el logro de la excelencia educativa en la República
mexicana.
Autor de la Propuesta nacional para celebrar
el 16 de septiembre el Grito de Dolores y no el día 15 cumpleaños de Porfirio
Díaz, presentada a partir del 4 de septiembre de 2015, ante: Enrique Peña Nieto, Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; gobernantes estatales,
municipales, y de la Ciudad de México, y legisladores estatales y federales; en
la nación:
1º Se deseche el legado porfirista de realizar la
ceremonia del Grito de Dolores el día
15, cumpleaños de Porfirio Díaz.
2º Se efectúe el 16 de septiembre la celebración
conmemorativa del Grito de Dolores.
Porque el Grito de Dolores que debe
celebrarse este día 16, como desde el 14 de septiembre de 1813, en Sentimientos de la Nación lo proclamó
José María Morelos y Pavón, en Chilpancingo, al mandar en el punto 23 que: “…Se
solemnice el 16 de septiembre como el día aniversario en que se levantó la voz
de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues ese día se abrieron
los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada, para ser
oída, recordando siempre el mérito del gran héroe Miguel Hidalgo y su compañero
Ignacio Allende”.
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