Sentimientos de la Nación , 1813 – Constitución de Apatzingán, 1814 – Estado de Morelos, 1869
Memoria histórica de aporte al presente
y
de proyección al óptimo porvenir de México
Hermanamiento José
María Morelos y Pavón
Asociación de Prensa y Fotógrafos de
Jacona, A. C., APREFOJAC – Asociación de Periodistas y Comunicadores de
Morelos, APECOMOR
Conserven los derechos de
hombres libres, avivando las artes que socorren a la sociedad: Morelos
Llamado de Morelos a los
soldados mexicanos que al mando del español Calleja atacaban en Cuautla a los
independentistas
Eduardo
Garibay Mares
Prensa Libre
Jacona,
Michoacán. Marzo 17 de 2014. No. 876. Página 2
Cuautla de las Amilpas. 23 de
marzo de 1812.- Soldados que militan bajo las banderas
de Calleja, escúchenme un momento procurando poner libre su entendimiento, para
poder distinguir las verdades que desconocen por el entusiasmo en que los
tienen, o por la costumbre de obedecer, como desde trescientos años, sin saber
siquiera por qué obedecen.
¿Hasta
cuándo, hasta cuándo será depuesta su ceguera?
¿Hasta
cuándo conocerán sus derechos?
¿Hasta
cuándo retribuirán con el reconocimiento a la obligación en que están con sus
legítimos jefes mexicanos, que se desvelan por su libertad y conservación?
¿Díganme,
errados hombres, cuál es el rey que defienden?
¿Se
les oculta acaso que, prisionero en Francia con toda su real familia, el rey
Fernando VII se ha ligado con el estrecho caso de parentesco con Napoleón
Bonaparte, casándose con la hija del emperador de Alemania, y que José
Bonaparte, Pepe Botellas, es rey de
España?
¿No
han oído decir siquiera, que al faltar Fernando VII y su familia de España,
empezaron los europeos a formar Juntas para gobernarnos, ya la de Sevilla, ya la Central , ya la de Regencia,
queriendo que en cada una de ellas resida la soberanía, aunque ninguna de ellas
tiene legitimidad, y que después todas éstas han ido saliendo traidoras e
inicuas, entregando cada una la parte que ha podido al francés?
Díganme,
¿qué pretenden con esa obstinada resistencia? Yo se los diré con sumo dolor de
mi corazón. Escúchenme.
¿Pretenden
sea presa del francés nuestra querida patria, que se extinga de este precioso
reino la sagrada religión, que se conviertan los sagrados templos en casas de
prostitución, que sobreviniendo todo aquel cúmulo de males que no pueden dejar
de conocer, ni yo me atrevo a prorrumpir sin lágrimas, sean instrumento
inmediato de su aniquilación temporal y espiritual?
¿Pelean
por despojar al Señor Omnipotente de esta preciosa heredad y entregarla a
Satanás?
No
comprendo cómo tienen valor para coadyuvar a la más bárbara empresa que han
visto lo siglos.
Ustedes,
que han dado siempre pruebas de amor a la religión, amor a la patria, ¿por qué,
les pregunto, se han convertido en tiranos contra Dios, contra la patria,
contra sus hermanos y contra ustedes mismos?
¿Por
qué amparan con tanto entusiasmo a los europeos que son sus mismos verdugos?
¿Qué
no han observado acaso cómo se jactan y alegran de ver derramada su sangre en
las campañas?
¿Cómo
se complacen al ver sus mujeres e hijos, hermanos y amigos, suspirando y
padeciendo en sus chozas?
Todos
dicen: contribuye a nuestra felicidad temporal, los criollos salvajes unos con
otros se matan, sus familias perecen y mientras más tiempo menos insurgentes.
Así
se explican éstos aun a vista de ustedes mismos. ¿Cuáles serán sus conferencias
privadas? Medítenlas si tienen valor, porque yo me asombro al considerarlas.
Escuchen
las interiores voces de su conciencia, que ella los hará ver con luz más clara
que la del día, la maldad más inaudita de que estáis poseídos; y sobre todo, no
me podrán negar cuántas veces, cuántas veces hablando con ustedes mismos al
impulso de la voz de Dios, han dicho:
¿Qué
es lo que estoy defendiendo? ¿Por qué me afano y expongo mi pecho al frente de
las armas de mi amada Nación?
Y
no han encontrado otra respuesta en su conciencia que: Por defender a los
europeos y sus haberes. Y como éstos los tienen embelesados con aquella
diabólica política sugerida del común enemigo, de ésta toman opinión y
prosiguen, pero no sin que su conciencia los persuada lo contrario, sino que
estén sordos a las voces de Dios y de la naturaleza que, como pregonera, es
fuerza que les hagan aquella impresión que perciben hasta los animales
irracionales guiados de su instinto.
Pregunto
a ustedes: ¿Han visto animal que busque de intento su aniquilación?; pero para
qué es persuadirlos, cuando conocen los males y los bienes, y abusan de éstos y
buscan aquéllos sin poder yo penetrar la causa que los mueve.
¡Oh
Americanos, amados compatriotas míos, despierten de ese letargo que les tiene
ofuscadas las potencias y sigan, les suplico, escuchando a quien desea el
complemento de sus felicidades!
Sepan
que la Soberanía ,
cuando faltan los reyes, sólo reside en la Nación ; sepan también que toda Nación es libre y
está autorizada para formar la clase de gobierno que le convenga y no ser
esclava de otra; sepan igualmente que estamos tan lejos de la herejía, que
nuestra lid se reduce a defender y proteger en todos sus derechos nuestra santa
religión, y extender el culto de Nuestra Señora la Virgen María como
protectora y defensora visible de nuestra expedición; y si quieren ver milagros
asombrosos y portentos originales en este reino, vengan, vengan uno siquiera de
ustedes y estoy seguro que quedarán pasmados al ver los efectos maravillosos
que ha hecho su continuo bloqueo en este pequeño pueblo protegido del cielo.
Lejos
de ser horrible su tenaz fuego a sus habitantes, antes se regocijan y complacen
en Dios y su Madre Virgen, viendo los efectos, repito, tan al contrario de la
naturaleza, que corrobora la fe de sus vecinos y los esfuerza a la continuación
de nuestra justa causa, que es justa y santa. Sólo les diré, por último, que
nuestras armas están pujantes y la
América se ha de poner libre, quieran o no quieran ustedes, y
que al luchar contra sus hermanos de América, sólo conseguirán que se derrame
más sangre.
¿Y
qué sangre? Díganlo ustedes mismos: la de los mexicanos, sea de éste o de ese
partido, pues los europeos bien saben guardarse, y también alegrarse, de la
infeliz y desgraciada suerte de ustedes, como bien lo saben.
¿Cuando
se hallen ante el Divino Tribunal, qué descargo darán de esta porción de sangre
derramada por ustedes?
Tiemblen
amados compatriotas de continuar en estos crímenes tan bárbaros; laven ese feo
borrón, convirtiendo esas bayonetas contra esos cuantos europeos amilanados que
están a su retaguardia, a quienes no hemos apabullado nosotros, no por falta de
fuerza, sino porque para llegar a ellos es necesario primero derramar la sangre
de ustedes, que por delante custodian como cosa sagrada a la soberbia y tiranía
¡Qué vergüenza! ¿Qué entusiasmo tan sometido de un cristiano católico, que no
haría otro tanto un turco o moro?
Por
conclusión, quisiera preguntarles una cosa: ¿Cómo tienen valor, cómo tienen
auxilio en su naturaleza para dirigir sus tiros a los sagrados templos de
Jesucristo, donde reside sacramentado, donde se ofrece repetidas veces en
sacrificio?
Estoy
cierto que aunque se reuniesen todas las potestades de la tierra y las del
cielo, si posible fuera, no serían bastantes a hacerme contener una maldad
sobre toda maldad; perdería mil vidas antes que hacer fuego a aquel Señor que
fabricó los cielos y la tierra; creería que en el momento de hacer fuego al
cañón, me arrojaba a los infiernos.
Vuelvo
a proseguir suplicándoles que mediten estas verdades y detesten ese partido y
se integren a su patria, como deben, ya que al unirse a los dignos jefes que
por ella luchan serán no solamente bien recibidos, sino premiados altamente por
sus acciones y, sobre todo, agradarán a Dios, a quien ruego ilumine sus
potencias, siendo propicio en perdonarlos.
José María Morelos y Pavón
Crónica de Morelos. Marzo 1812
Eduardo
Garibay Mares
Prensa Libre
Jacona,
Michoacán. Marzo 17 de 2014. No. 876. Página 2
Día 10. Envalentonado para atacar al general José María Morelos fortificado en
Cuautla, el general Félix María Calleja inició el bombardeo contra los sitiados
independentistas al sumársele el refuerzo del general Ciriaco del Llano con dos
mil soldados, quien recién derrotado por insurgentes en Izúcar se estableció al
oriente, en las lomas de Zacatepec, en Cuautla, sin interrumpir ni de día ni de
noche durante cinco días su ataque contra esta ciudad de la Intendencia de México,
a la que no se había atrevido a enfrentar desde que fue vencido por la
estratégica defensa del general José María Morelos, quien el día 19 del
anterior mes de febrero lo había combatido triunfante al frente de las tropas
de su Ejército del Sur.
Día 13. Morelos mandó instrucciones a Miguel Bravo, quien venía de combatir en
Yanhuitlán, para que allegara mayor cantidad de provisiones al reunírseles en
Cuautla. Al reconocer el general Calleja que la firmeza de ánimo con que
superaban los sitiados las privaciones, informó al virrey Francisco Javier
Venegas que tales circunstancias dificultaban el triunfo y que para una
definitiva acometida virreinal, era necesario el inmediato envío de la gran
artillería de Perote, Veracruz, y todo apoyo bélico que fuera posible.
Día 15. Fortificado Miguel Bravo en el rancho de Mayotepec, con ochocientos
hombres a su mando y cuatro cañones, fue combatido al amanecer al ordenar
Calleja que el batallón de Lovera mandado por el sargento mayor José Enríquez,
y cuatrocientos soldados de caballería a las órdenes de Morán, atacaran para
prevenir que su línea fuese atacada por un embate insurgente que pudiera ser
secundado por los sitiados.
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