martes, 8 de mayo de 2018

Poder, privilegios y abuso del pueblo en el mundo. De Maquiavelo al México 2018. Eduardo Garibay Mares

Poder, privilegios y abuso del pueblo en el mundo. De Maquiavelo al México 2018.

El país peligra cuando es llevado del orden civil al de un gobierno absolutista, en que el gobernante manda por sí mismo y por intermedio de sus magistrados. Maquiavelo
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Eduardo Garibay Mares
Mayo 8 de 2018

Universitario Ejemplo
de Actuales y Futuras
Generaciones en la
Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo
En el belicoso preludio electorero de los comicios de 2018, cuando además de enlodar la imagen y el prestigio de México ante las naciones, igual se abusa del pueblo, se convienen tratos y maquiavélicamente se fraguan intrigas, es evidente la vigencia en ámbito mundial de la obra El príncipe, de Nicolás Bernardo de Maquiavelo, como manual para acceder y mantenerse en el poder, aunque por sinuosos caminos, que en algunos casos llegan a ser inmorales, oficiosos y legalistas.
Atavismo gubernativo a fanfarrona alcurnia en México
La analogía entre príncipes italianos, de los siglos XV y XVI, y gobernantes de México, desde el siglo XVI hasta hoy en día, se detecta en la historiografía, que igualmente testimonia el predominio del malinchismo, así como el atavismo a cuestiones de fanfarrona alcurnia, y es por eso que, por ejemplo:
- Se privilegia a extranjeros sobre mexicanos;
- Se tiene un “Palacio Nacional”, sede del gobierno federal, un “Palacio de Gobierno” estatal, en cada entidad, y un “Palacio Municipal”, para cada ayuntamiento, así como los concernientes “Palacio Legislativo” y “Palacio de Justicia”, de los respectivos poderes.
Sede del Poder Ejecutivo: Palacio Nacional,
en Ciudad de México. FOTO/Archivo PLM
También, por atavismo a fanfarrona alcurnia, se anteponen en ámbitos ajenos al ejercicio profesional títulos de doctorado, maestría, especialidad, diplomado y licenciatura, por parte de grupos de poder que igual añoran el uso de títulos de nobleza, prerrogativas y honores hereditarios, prohibidos desde 1917 por mandato del artículo 12 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Maquiavelo y populares “bienhechores de los sometidos” que llegan al poder en las naciones
Maquiavelo nació a principios de mayo de 1469 y murió el 22 de junio de 1527, en Florencia, sitio de su desempeño como funcionario de la República florentina, en la península itálica, donde al escribir la citada obra consignó, entre otros, un modo “ideal”, y por ello difícil, con el que un particular podía hacerse príncipe, esto es, gobernante, sin valerse de violencias ni de nefandos crímenes, y éste era cuando lograba el cargo apoyado por conciudadanos.
Los astutos siempre por dominar y el pueblo siempre contra la opresión
A este gobierno, que requiere de lo que la astucia puede combinar, lo llamó civil, y asimismo advirtió que nadie logra un cargo sin el favor de los grandes o del pueblo, porque en todo país existen ambas inclinaciones, que difieren en que provienen, respectivamente:
- Una, de que los grandes, las elites, quieren dominar y oprimir al pueblo, y
- La otra, de que el pueblo no quiere ser dominado ni oprimido.
Esto es, un choque del que puede dimanar o la anarquía o el establecimiento del gobierno, con características acordes a uno u otro partido.
Creación del engañoso personaje popular que busca el poder, y lo consigue
En la pugna por vencer al partido rival es posible, por una parte, que los grandes vean necesario formarle una gran reputación e imagen a un personaje popular y que luego de dirigir todas las miradas hacia él, acaben por hacerlo gobernante, a fin de lograr, a la sombra de su poder, la plena satisfacción de sus intereses; mientras que el pueblo ha de conformarse con un engañoso candidato comprometido con tales grupos de poder, con la esperanza de que le proteja con su autoridad y ayude a resistirlos.
Gobernar con o sin el amor del pueblo pero jamás sin la confabulación y apoyo de elites
Así las cosas, lo peor que el gobernante puede temer de un pueblo que no lo ame, es que lo abandone, por ello debe erigirse en bienhechor de los sometidos.
En cambio, si los grandes le son contrarios, no sólo ha de temer verse abandonado, sino también atacado y destruido, ya que al tener más previsión y astucia que el pueblo, se confabulan para apoyar a quien lo sustituya en el gobierno, para proseguir privilegiados por sus favores, puesto que sólo fieles en la prosperidad, son enemigos declarados en la adversidad y determinantes para hacerle caer.
Respecto a quién lo lleva al poder, lo malo es que si el apoyo viene del pueblo, el gobernante siempre se halla exaltado, porque cuantos le rodean se encuentran dispuestos a obedecerle ciegamente en todo; como malo es también si el apoyo se lo dan los grandes, ya que el gobernante se desempeña con más dificultad, cercado de personas que se tienen por iguales a él, a las que no puede mandar ni manejar como necesita, y además le es difícil, y con decoro, satisfacerlas, dado que, asimismo anotó Maquiavelo, en su riqueza nunca tienen bastante, puesto que su codicia crece con sus adquisiciones y por ello sus deseos son insaciables, motivo por el cual agregó:
“Que si se anticipaban al partido que iba a triunfar, y le favorecían, era para sacar provecho”;
“Que igual destruían después al que ellos habían elevado, no bien les distribuía todas sus dádivas”, y
Que queriendo recibir siempre, arruinaban al nuevo triunfador, tan pronto dejaba de darles.
Sí, igual que ocurre en el actual 2018.
Políticos-gobernantes “de las tres che”: charlatanes, chapuceros y chiflados
La práctica de premeditadas argucias maquiavélicas la evidencian en México las noticias, que día a día promueven popularidades de políticos-gobernantes “de las tres che”: charlatanes, chapuceros y chiflados, meras caricaturas del televisivo héroe cómico Chapulín Colorado.
Políticos-gobernantes “de las tres che” quienes, trastocados de poder, hunden al país donde los otros cuantos de la elite marginan a millones de mexicanos de participación política, productividad económica y bienestar social, por medio del sistema educativo nacional deficiente con que alevosamente los anulan, desde hace más de cuarenta años.
Violación de derechos al exigir título profesional para acceder a comisiones o empleos
Tal agravante se suma a la impune violación de derechos ciudadanos, ocurrida al ventajosamente exigir el requisito de contar con título profesional, para acceder a comisiones o empleos, políticos o no, por encima del precepto que en el artículo 35, inciso II, señala como prerrogativas del ciudadano el poder ser votado para todo cargo de elección popular, y nombrado para cualquier otro empleo o comisión.
Para ser Presidente de México no se requiere ningún título profesional
Garantía constatada porque para ser presidente de la República, máximo cargo a que todo mexicano puede aspirar, no figura el que se tenga título profesional alguno, entre los siete requisitos señalados por el artículo 82, esto es, que las legislaciones que en ámbitos estatal y nacional imponen tal requisito preferencial, para el acceso a empleos o comisiones, desbordan el marco constitucional, porque el respectivo título no atañe a desempeños político-gubernamentales ni laborales, al ser ajenos al estricto ejercicio de la concerniente profesión.
El colmo es que al denostar a quienes sin contar con título profesional, son electos, las elites dejan ver que igual pretenden hollar el derecho ciudadano de contender para cargos de gobierno, sin dicha prenda, cuando el artículo 5, párrafo segundo, enuncia que la ley determinará en cada estado, cuáles profesiones necesitan título para su ejercicio, las condiciones que deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo.
Tendencia de llevar a México del orden civil al de un gobierno absolutista de un solo hombre
En el caos legislativo y de impunidades, que exacerban el atropellador preludio electorero de los comicios del 2018, viene al caso la observación de Maquiavelo respecto a que el país peligra cuando es llevado del orden civil al de un gobierno absolutista, en que el los gobernantes mandan por sí mismos o por intermedio de sus magistrados.
Ni más ni menos.
Preludio electorero de los comicios de 2018, en el que beligerantemente se enloda la imagen y el prestigio de México ante las naciones, se convienen tratos, se fraguan intrigas, se abusa del pueblo…
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