martes, 11 de noviembre de 2014

Creatividad por amor al arte y educación por el bien común. Eduardo Garibay Mares



Creatividad por amor al arte y educación por el bien común

Eduardo Garibay Mares
Prensa Libre
Jacona, Michoacán. Noviembre 10 de 2014. No. 893. Páginas 2 y 3

  




















































































































































Creatividad por amor al arte y educación por el bien común

Eduardo Garibay Mares
Prensa Libre
Jacona, Michoacán. Noviembre 10 de 2014. No. 893. Páginas 2 y 3

Desde mi nacimiento en la ciudad de Morelia el 13 de octubre, la felicidad se gestó del amor de mi madre Esther Mares Salcedo y de mi padre José Garibay Romero, originarios de Chavinda, Michoacán. Infancia en la que con cariño y atención mi papá me enseñó a favorecerme en el recuerdo de mi amorosa madre, que desde el cielo me acompaña desde que murió el 10 de enero de 1949, cuando yo tenía 2 años de edad.
Proyectado mi sentir en el arte desde niño, en trabajos escolares y en retratos de mis seres queridos, de la mano de mi padre a los 3 años de edad fui desde el primer día de clases al kínder, donde dibujos y poesías encauzaron mis primeros pasos al avanzar en el camino en espiral del conocimiento, en el que a la luz de sus conversaciones, sus consejos y su ejemplo, mi papá me enseñó que es por el saber, el trabajo, y el buen uso de lo que tenemos, que logramos con nuestra superación el bienestar propio y el de la sociedad en que vivimos, esto es, el ser y hacer que significa optimizar los recursos con los que contamos.
Cursado mi primer año de instrucción primaria con promedio de 10, en mis posteriores altibajos de aprovechamiento escolar siempre conté con al apoyo y comprensión de mi padre, aún reprobado como alumno, en un contexto en el que el sistema educativo mexicano transitaba de aciertos como el Libro de Texto Gratuito, a desaciertos como la imposición a rajatabla no sólo del calendario escolar único, sino a cambios de horarios de clases y de planes y programas de estudio, en todos los niveles: Desde preescolar hasta licenciatura, causa y sinrazón del caos educativo que hoy se malvive y peor se avizora en el país.
Fines de la década de los años cincuenta y principios de los sesenta, cuando en mi paso de la niñez a la pubertad, para expresar mi sentir sobre cuestiones anheladas, letras y palabras se hicieron poesía para trazar en 1960 el verso que titulé Conjugación:
En tiempo presente te digo: Te amo. En tiempo futuro: Yo a ti te amaré. Y cuando mi vida se esté ya acabando, te diré amor mío: Yo siempre te amé.
Aptitud artística siempre estimulada por mi padre, quien me envió a Zamora en 1962 para acompañar a mi hermana Ma. del Carmen, que ejercería como dentista, y allá me animó él a tomar el trabajo de pintar la cartelera del Cine Ocampo, que estaba frente a la casa, donde en un mural acrílico de 1.50 de alto por 2 metros de ancho, pinté cada 8 días imágenes a color de la muchacha y del galán de la película anunciada. Así me enseñó a superarme y a ganar por mi capacidad mis primeros salarios de 30 pesos semanales. Grato logro empañado por problemáticas de tiempos y atención oficial en mi cambio de escuela.
Al regresar a Morelia, por conflictos manifiestos en 1963 en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, le pedí a mi papá que me enviara a Guadalajara al Instituto Fray Pedro de Gante, y tras acreditar ahí tercero de secundaria, como alumno interno, regresé a Morelia al morir mi padre el 15 de junio de 1964.
Fue entonces que leí el contenido de una caja que mi padre había dejado con la anotación “Cuando ya no esté con Ustedes”, donde con igual título encontré un mensaje con reflexiones y consejos que le inspiraron mi llegada a su vida el día que nací yo, el décimo de los trece hijos que tuvo: 7 mujeres y 4 hombres en su primer matrimonio y 1 hombre y 1 mujer en el segundo. Talentoso escritor innato, además de una poesía y relatos personales relevantes, hizo su autobiografía manuscrita para compartir las experiencias de su existir hasta esa década de los cuarenta. Documentos y fotografías que me prometí publicar algún día como libro.
Con sólo 17 años, consolidado por la venerada memoria y ejemplo de vida de mi madre y mi padre, 15 días después ya estaba trabajando como empleado del gobierno michoacano, para ayudar a mi sostén y el de mi familia, y entré a la preparatoria nocturna Melchor Ocampo, donde de nuevo pagué culpas del sistema educativo nacional, ya que acredité tercero de secundaria sin cursar Geografía de México, que por desacierto en el cambio del plan de estudios se había cambiado a segundo, y fue hasta que acredité los 2 grados de preparatoria, que al tramitarse los certificados de egreso “se dieron cuenta” en la Secretaría de Educación Pública de su falla, e impunemente me anularon el bachillerato. Nada pude hacer contra el fatal laberinto burocrático permitido por el Estado mexicano, y a costa de mi tiempo y dinero acredité luego mi bachillerato en el Fray Pedro de Gante.
Etapa en la que inspirado por los hechos históricos de México, animado siempre en el arte también por mi recordado hermano Camilo y mi querida hermana Consuelo, fue por el bicentenario del natalicio de mi héroe patrio que escribí la Oda a José María Morelos y Pavón, en cuyas 3 primeras estrofas narro que:
Fue 1765 año de luz que a México dio gloria, y el 30 de septiembre es aquel día que Michoacán celebra en su memoria. Y fue Valladolid, ilustre cuna, tierra que vio nacer al que fue el hombre, quien por la libertad cambió su vida, y en recuerdo de él, tomó su nombre. Unes, Morelia, razas y cultura; y en ti el valor del mexicano impera, pues Michoacán es guía de pensadores, y origen y guardián de mi bandera.
Década convulsa por movimientos estudiantiles generados encadenadamente en varios países, cuando las demandas desbordaron el ámbito educativo e integraron proclamas políticas y sociales, llevando como antorcha la democracia. Contexto de inestabilidad recrudecido en la Universidad Michoacana en 1965, previo al movimiento de 1968 que fue extinguido en la Plaza de las Tres culturas de Tlatelolco.
Año cuando tras capacitarme como técnico dental renuncié a mi empleo burocrático, para trabajar así en mi tiempo libre y poder estudiar mañana y tarde en la Facultad de Odontología, donde dedicado en primer año mayormente a la teoría y prácticas de Anatomía Humana y Disecciones, fue a partir de segundo grado cuando volví a detectar fallas del proceso enseñanza-aprendizaje, sobre todo por las pocas prácticas en los grados superiores, que reafirmaron mi propósito de superar tales desventajas en la formación escolar profesional, ya que para contrarrestar insuficiencias didácticas, para entonces ya ayudaba a compañeros que después de las clases se reunían para que les dictara mis apuntes, a fin de poder acreditar algunas asignaturas caóticamente impartidas y con mínima práctica, como fue el caso extremo de Bioquímica.
Fue en 1969 que el esperado amor se hizo realidad en mi existir cuando conocí en Chavinda a Josefina Espinoza Alcalá, mi novia amada, De siempre, sin principio, inspiradora de la así titulada poesía:
Y tuvo que nacer, aunque existió de siempre, sin principio, y existirá por siempre, sin final. Y nació igual que todos, tan natural, igual que cualquier otro. Y nació igual que todos: pequeñito, aunque era tan grandioso, aunque fue siempre y será infinito. Y tuvo que nacer mi amor por Ti, aunque existió de siempre, sin principio.
Coronado mi trayecto de vida en los años sesenta por el amor, en 1970 Josefina y yo nos casamos el 12 de septiembre. Década feliz en la que tuvimos a nuestros tres hijos: Eduardo, Juan y Josed.
Aprendida de mi padre la afición por el canto, en estos años tuve el gusto de cantar acompañado por musicales acordes de guitarra o acordeón, ejecutados por el papá de mi esposa Josefina, Juan Espinoza Cuevas, artista lírico que me quiso como a un hijo.
Así enmarcadas mis actividades laborales y universitarias, por la problemática de asignaturas que debían ser primordialmente prácticas y que apenas lo eran, ante la disyuntiva de si seguía o no estudiando odontología, en 1971 decidí que para proseguir mis estudios tendría que mejorar el proceso enseñanza-aprendizaje, tanto en bien de la Universidad Michoacana y de quienes nos formamos en sus aulas, clínicas, laboratorios y talleres, como de la comunidad en su conjunto.
Para exterminar por esfuerzo propio deficiencias enraizadas en la Universidad Michoacana, en 1972 fundé el Comité de Servicio Social de la Facultad de Odontología en Michoacán, COSSFOM, tras elaborar mi Propuesta de Capacitación Educativa para la Asistencia Nacional, base de la altruista labor social que tiene como punto número uno de su plan de trabajo la divulgación de actividades y resultados, por lo que a partir de entonces me inicié en el ejercicio periodístico en los medios impresos, y electrónicos: La Voz de Michoacán, Noticias, el programa Siempre en Domingo, y el noticiero 24 Horas.
Tiempos en los que el movimiento insurgente de la razón gestó el COSSFOM y le dio opciones de solución a la problemática universitaria, sustentado en el lema Por una Verdadera Superación Técnica, Académica y profesional, al aplicar la teoría a la práctica en beneficio recíproco de la formación profesional y de la sociedad, vinculando al universitario con la comunidad, especialmente con su lugar de origen: Labor reconocida en 1972 durante el XV Congreso Dental Mundial por el presidente de la Federación Dental Internacional, para ser aplicada en otros países.
Por el bien común también contribuí en asociaciones dentales estatales y del país las 2 décadas siguientes, tanto en organización de convenciones por la superación continua, como en hacer respectivos boletines informativos y tomar fotografías para su divulgación periodística. Así también elaboré el logotipo la Asociación Michoacana de Odontología Infantil, AMOI, y su poster promocional del IX Congreso Nacional de 1985.
Década de los ochenta cuando como padre de familia promoví la dignificación del trato y la excelencia en la formación de los Niños Cantores de Morelia, así como la remodelación del edificio de su Escuela Primaria Mariano Elízaga, que se encontraba en condiciones deplorables.
Por la crónica y creciente problemática del sistema educativo, que vaga del camino en espiral del conocimiento al atajo del círculo vicioso de la deficiencia impune, en 1993 decidí retomar y promover mi propuesta ante instituciones de educación y de gobierno, con el pleno apoyo generacional tanto de quienes se formaron profesionalmente integrados al COSSFOM, como de docentes nicolaitas solidarios.
La falta de voluntad y seguimiento institucional me hizo ver que la solución de problemas de la educación en México requería de mi total dedicación, y por ello el 30 de junio de 1994 dejé el trabajo que desempeñé durante 27 años en el área odontológica, siempre cercano a mi hermana Carmela, tanto para impulsar a partir de entonces el cambio a la excelencia educativa desde los medios de comunicación, como para rememorar familiar y socialmente el ejemplo de vida de mi padre y también publicar el libro con su autobiografía.
Así dejé atrás, otra vez, la seguridad de trabajo y de ingresos al cerrar la página del capítulo odontológico de mi vida, y con alas en vuelo ejercí a plenitud el periodismo libre e independiente
Tramo cuesta arriba a proseguir como Nicolaita Emérito, en el que logré a pulso espacios para mis colaboraciones en: La Voz de Michoacán, El Pescador de Tacámbaro, Proyección SPUM, y Universidad Michoacana.
Trayecto vital periodístico y académico, en el que para acrecentar metodologías de la escritura e investigación, y a la vez afianzar la vigencia y divulgación de mi propuesta educativa, en 1996 me inscribí en la hoy Facultad de Historia, donde en 1997 fundé el Comité de Egresados y Estudiantes de Historia para la Asistencia Social, CEEHAS, por cuya ejemplar labor de servicio profesional, a propuesta de la Casa de Hidalgo y sin jamás ser catedrático de nómina, merecí el Reconocimiento Nacional al Servicio Social Comunitario 2003, en la Categoría Docente, otorgado por la Secretaría de Desarrollo Social, SEDESOL; la Secretaría de Educación Pública, SEP; la Asociación Nacional de Institutos de Educación Superior, ANUIES, y la Fundación Ford.
Año de 1997 cuando mis creaciones poéticas fueron presentadas en la Casa Natal de Morelos, en agosto, en el recital llamado Conjugación de amor, de tierra, de vida, en voz de Cecilia Izarrarás. Contexto en el que logré espacios en las revistas Anda’ntze, Cuatro Vientos, Gaceta/SEP, y Ziranda Uandani.
Egresado de la Facultad de Historia con promedio de 9.81, el más alto de mi generación 1996-2000, éste año colaboré con un ensayo y corregí y cuidé la edición del libro Historias y Procesos. El quehacer de los historiadores en la Universidad Michoacana. Electo presidente de la Asociación Michoacana de Periodistas, AC, AMIPAC, de 2005 a 2007, este año el 31 de agosto cofundé la Asociación de Prensa y Fotógrafos de Jacona, A. C., APREFOJAC, a solicitud del compañero Luis Cortés Vidales, director de Prensa Libre.
Etapa de libre ejercicio profesional en la que también ilustré algunos artículos con dibujos a lápiz, e igual participé como lector de mis creaciones poéticas y escritos en prosa, en foros culturales y eventos sociales.
Tiempo de colaboración como periodista e historiador en los medios: La Palabra de Morelia, El Porvenir de Cuitzeo, AMIPAC, El Zarco, La Diligencia Michoacana, Prensa Libre, Cambio de Michoacán, El Zorro, Epígrafo de Morelia, Visión de Michoacán, Crónicas de Michoacán, Contactos, Dialecta, Psicoactivo del IMCED, y Agencia Informativa Michoacana.
Cabal compromiso profesional por el que colaboré semanalmente en el suplemento Independencia y Revolución–Dos Siglos de Revolución, del periódico Cambio de Michoacán, del número 1 publicado el 15 de septiembre de 2009, a1 número 57 del 22 de noviembre de 2010.
Rescate de valores históricos, para su conmemoración y aplicación en bien de la patria, por los que también emprendí la tarea de realizar la serie bimensual Memoria histórica de aporte al presente y de proyección al óptimo porvenir de México, por el respectivo bicentenario de Sentimientos de la Nación de 1813 y de la Constitución de Apatzingán de 1814, así como por el aniversario de la creación del Estado de Morelos en 1869. Obra histórica enlazada a la actualidad del quehacer periodístico, unido en Asociación Civil, publicada en la página 2 de Prensa Libre, de junio de 2013 a octubre de 2014, en 35 ejemplares.
Periodo de trabajo profesional en revisión y corrección de libros, tesinas, y tesis de todo grado, que en 2013 asimismo me posibilitó prologar el libro Periodismo Michoacano 1950-2012. Generación Puente a la Modernidad, de Eleazar Zizumbo Herrera.
Hoy en día, al avanzar en este 2014 a una nueva fase de mi vida, en la que espero seguir contando con su atención, propicio es reiterar mi gratitud tanto a quienes han leído, visto o escuchado mis obras; como a los fraternos medios que lo han hecho posible al darle un espacio a mis colaboraciones como redactor y fotógrafo del desarrollo y logros de la labor social, a la promoción de mi propuesta educativa, y a la divulgación de mis creaciones encauzadas en el rescate de valores cívicos, históricos, artísticos, y universales.
Trayectoria por el bien común, que al servicio de la nación vivo para lograr la excelencia del proceso enseñanza-aprendizaje en el país, mediante mi perenne propuesta educativa a las autoridades de la Universidad Michoacana y al Estado mexicano, para que la atiendan y realicen en bien de México y su gente, como lo ha demostrado la labor del COSSFOM y del CEEHAS en ámbitos estatal, nacional e internacional, a la luz de la razón insurgente.
Cuestiones sublimes como el memorable ejemplo de mi padre, cauce del rumbo en la travesía de la vida que se avanza más contra viento y marea que con estadios a favor, por las que reuní a mi familia y amistades dilectas en su 50 Aniversario Luctuoso, para compartir la investigación histórica José Garibay Romero, luchador de la razón y la justicia social, que publiqué el pasado 15 de junio en edición especial de Prensa Libre. Evento primordial en esta etapa en la que del periodismo y la historia extiendo mi actividad en el arte; acercado ahora al ámbito de recreación social de mi hermano José Ángel, y encaminado al medio artístico de mi hermano Alberto Guillermo para la musicalización de algunas de mis poesías.
Un aquí y ahora que poéticamente me remonta a mis 17 y a mis 20 años, cuando en 1964 escribí: Con un adiós saludo, me voy, porque he llegado, en mi poesía Luz interior. Pensamiento adolescente que se vuelve realidad hoy que mi adiós a una etapa es el saludo a la nueva época iniciada, tal como actual parecen las reflexiones que escribí en 1966 sobre aquel contexto, al señalar en la poesía Detente:
Mundo no gires más en tu orbital carrera, detente que cansada la humanidad está, de existir se ha cansado, por eso degenera con odio, vicio y sangre la vida se nos va. El derecho de aborto, contra el propio, del ser, ¿de quién es el derecho de poder elegir, de aquella que concibe o del que va a nacer? ...de ambos es el derecho de poder decidir. Los gobiernos son punta del iceberg corruptible, que acumula a los grupos de riqueza y poder, que depredan, explotan y violan lo punible, sobre el Dios y las leyes que juran defender. Por eso, mundo, digo, basta de continuar, depredando la vida con infinitos modos, detente, encausa el rumbo, no hay a dónde llegar, cuando lobo que es lobo del hombre, somos todos.
Sí, problemáticas de ayer y hoy que solamente contrarrestan actitudes y acciones por el bien común, entretanto, esperando se hagan realidad los mejores deseos de cada quién, con ese anhelo comparto el mensaje de mi prosa escrita en 1968, titulada Parabién:

Que la tristeza y el dolor lleguen a ti con la suavidad de una caricia. Que la felicidad te bese. Y que el amor, tomándote en sus brazos, te posea eternamente. Así sea, que sufras un poco para sentir mejor los ratos de felicidad. Que tengas triunfo y dinero y la salud para gozar de él. Y que encuentres el placer del amor, que es, al fin de todo, lo más sentido que podemos recibir y dar.


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